Es difícil sentir que un lugar te pertenece si no se pueden experimentar en él sentimientos de calma, relax, desinhibición, cercanía y familiaridad. Todo ello lo hemos sentido en Cases Noves gracias al trato exquisito y cercano de sus propietarios, empeñados en que la experiencia sea 100% familiar. Después está el edificio y sus espacios, los objetos cotidianos de la casa, la exquisita comida que prepara Sofi, los consejos de Toni, la colección de música y de libros a disposición de todos, y el valle.... Todo ello es perfecto.
Volveremos...
