Estancia muy acogedora, unos anfitriones formidables; si a esto le sumas el precioso entorno, los innumerables detalles de las estancias, el exquisito gusto culinario y la extraordinaria amabilidad y atención de Sofi y Toni, resulta una estancia totalmente gratificante y encantadora. Limpieza cristalina y desayunos y cenas de Gourmet. Un detalle más, la estricta y rigurosa aplicación de las medidas de seguridad COVID, en todos los departamentos del hotel. Sinceramente, no hemos encontrado atención y complicidad igual, en los numerosos hoteles que hemos estado. Pareja CHAPEAU!!!
